Es muy común pensar que un terreno vale lo que los anuncios de ventas solicitan por él. Debido al elevado número de inversiones inmobiliarias en los últimos años, ha dado lugar a que se impulse el precio de los terrenos al alza. Sin embargo el terreno es el sustento del edificio que es posible levantar sobre él, y su valor no puede ser independiente del valor de comercialización de las unidades que compondrán el edificio a construir. Bajo esta premisa es necesario hacer las siguientes precisiones:

1- El precio que se solicita en los anuncios constituye un valor de venta, mejor conocido como valor de negociación, ya que por lo general este valor estará sujeto a la demanda que se produzcan durante la transacción del bien.

2- La capacidad inmobiliaria de un terreno viene definido en su certificado de parámetros, que indica en la práctica la edificabilidad que tiene ese bien y para que uso está permitido. Este dato resulta central en el análisis e interpretación de su valor de mercado.

3- Cuando un terreno tenga que ser vendido inmediatamente se tendrá que depreciar su valor de mercado en aproximadamente 20%, que incluyen los costos asociados a esta venta, además del castigo aplicado para hacer apetecible la venta del bien en estas condiciones.

4- En algunos casos existirá sobre el terreno edificaciones u obras complementarias. Desde el punto de vista de una valorización oficial el Reglamento Nacional de Tasaciones manda que se consideren, sin embargo para los fines de inversión inmobiliaria en la compra de un terreno se suele omitir este valor porque no sólo no se va a utilizar estas construcciones sino incluso demandará un gasto en demolición.