En un ambiente con mucha oferta inmobiliaria dirigida a un mismo sector poblacional, resulta difícil hacerse un espacio, motivando que algunos se orienten a ajustar el precio o la calidad como indicadores del éxito del proyecto.

En el caso de viviendas multifamiliares dirigidos al sector B, se da por supuesto que un producto inmobiliario siempre tiene que ser de calidad, motivo por el cual no es un elemento diferenciador, mientras que bajar los precios de venta para atraer a clientes es una idea solo parcialmente cierta. Siempre aparecerá alguien que pueda vender aún más barato. Aquí entra en juego la experiencia que el diseñador pueda brindar en el posicionamiento del producto.

Se trata de identificar qué es lo que privilegia el cliente y dirigir el diseño hacia la fortaleza del vínculo entre aquello que es relevante para el cliente y el producto que se le ofrece. Esto impacta directamente en la velocidad de ventas y en lo que el cliente está dispuesto a pagar por un producto.

Precisamente Plusvalía posee una amplia experiencia diseñando exitosos edificios multifamiliares dirigidos al sector B, donde aplica consideraciones del marketing en la etapa de diseño. En este sentido, el diseño se amolda al perfil del cliente y las tendencias del mercado con el objetivo que el proyecto pueda vender una mayor cantidad de departamentos, a mejor precio y más rápidamente.